Un muchacho descuidado y maleducado llamado Armando, solia hacer ruidos al comer, se metia los dedos a la nariz, etc. Pero el era diferente, tenia Otro yo. El otro yo era educado, hablaba con propiedad, usaba poesia con la mirada y mentia cautelosamente. A Armando le preocupaba su otro yo y lo hacia sentir incomodo frente a sus amigos, pero debido a que el otro yo era melancolico Armando no podia ser vulgar por mas que lo quiciera. Una noche Armando llego de trabajar, prendio la radio y escucho a Mozart, se quedo dormido y cuando desperto el Otro yo lloraba con desconsuelo, Armando sin saber que hacer lo insulto y a la mañana siguiente el otro yo se habia suicidado. Armando feliz de que podia ser completamente vulgar se dio cuenta que el otro yo en realidad era su personalidad.
Este texto refleja las dos personalidades que tenemos o queremos tener y que hacemos cosas sin darnos cuenta.
Por: Kinnereth Sagrero Fabela.
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